Mi chico tiene el síndrome del segundo hermano. Casi no aparece en fotos, no arrasa en H&M y no llena el blog de su mamá con miles de palabras. Pero eso no le quita poderío a su pequeño cuerpo de casi dos años, no le resta personalidad y categoría.
Mi chico es fuerte y potente, defiende
a mi grande como si fuera su guardaespaldas y es feliz en cada pasito que da en
su vida.
En la tónica general del estándar maternal,
me siento culpable por no mostrar mi idolatría hacia él, como hice con su
hermano, y me pregunto qué pensará cuando pueda leer este blog, abandonado desde
su nacimiento.
A mi chico le ha costado entrar en mi
vida, tenía un listón muy alto que superar, pero sus ojazos grises ahora
inundan nuestra casa…
Mi chico cumple 2 añitos… 730 días de pura
energía, brío y arte… ¡Te quiero gordito mío!