miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mi vida con los médicos

Siempre he odiado los médicos, de toda índole. Me vale un dentista, un dermatólogo y no digamos un oncólogo. El olor de un hospital me repugna y una bata blanca me da tembleque.
El párrafo anterior debería haberlo escrito en pasado, porque ahora, ver como la puerta de la consulta de un pediatra se abre ante mi, es como ver las puertas del cielo con angelitos tocando la trompeta, o lo que leches toquen los angelitos.
En Madrid la sanidad está en lucha y yo apoyo al gremio con todas mis fuerzas... pero se me hace muy cuesta arriba haber necesitado en estas dos últimas semanas un pediatra, una vez con mucha intensidad y otra con algo menos, y haber sido totalmente imposible que me atendieran... bueno sí, a costa de haberme ido a urgencias y pasar 6 ó 7 horas allí, con un bebé de 7 meses.
Sé que eso no es culpa de los pediatras en general y de la mía en particular, sé que es culpa de un sistema, de una administración y de un gobierno regional, que gobierna sin contar con los ciudadanos en general y con este grupo de profesionales en particular.
Vale, en el primer párrafo he mentido, quiero a mi pediatra, quiero a muchos pediatras que he conocido en la red y aprecio especialmente a un medio paisano que conocí en PediaTIC al que llamaron Jesús y que se hace llamar El Puericultor. Un hombre sensato donde los haya, que destila sentido común por los cuatro costados y que “encandila” a las madres blogueras con su generosidad y su discurso cercano, amigable y totalmente coherente, al menos en mi opinión. Os recomiendo mucho su espacio web y su newsletter, donde cuenta las cosas de manera muy accesible, con cercanía y claridad.
Menuda falacia la de mi primer párrafo, hoy en día mataría por tener un pediatra al lado, cerquita, que auscultara a mi niño cada hora y media, que le mirara las manchitas rojas que le acabo de descubrir en la barriga, que me diga que ese ruidillo en el pecho no es nada... Por dios, lo que echo de menos mi centro de salud, con su enfermero, sus pediatras, sus matronas...
Espero de corazón que no destruyan nuestra sanidad pública...#graciasalasanidadpublica por cuidar de nuestros hijos, ojalá los que (lamentablemente) nos gobiernan dejen a nuestros profesionales seguir haciéndolo.