jueves, 4 de junio de 2009

Antes de yo somos nosotros

"Yo, tú, él. El hecho de que estos pronombres mantengan ese orden de conjugación verbal podría inducirnos a pensar que primero se inventó el yo, después el tú y más tarde el él". Así comienza el artículo del pasado viernes de El País, del siempre magnifico Juan José Millás. Continúa hablando de que es más lógico pensar que primero nos dimos cuenta de el él, en contraposición del tú y el yo. "En la constelación familiar clásica – continúa Millás - el padre ocupa el centro, es él; la madre, tú y el hijo, yo. Si no fuera por el padre (él), la madre y el hijo (tú y yo) apenas se diferenciarían."

Y ahí entra otra preciosa frase, que creo que es del Dr. Carlos González (aunque no he sido capaz de encontrar la cita en los libros que he leído): "Antes de yo, somos nosotros".

Mi niño está dejando de ser nosotros para ser yo, su propio yo. Y lejos de sentirme desplazada me siento más cerca de él. Ahora él es consciente de que yo soy otra persona distinta a él y me reclama, me mira, me imita, me sonríe… Al notar que somos dos personas disferentes, necesita saber que voy a estar ahí, necesita saber que no me voy, quiere estar cerca de mi, reclama mis brazos y mis besos.

Y ahora es él quien aprende a darme besos… a mí y a su papá, al que quiere con locura y quien siendo él, o tú o nosotros es el mejor padre del mundo, y su niño lo sabe.

3 comentarios:

  1. Que sentido está este post... me apretaste el corazón :)

    Recibe un abrazo!

    Besos

    Any

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  2. pues si, desde que soy madre, el yo ha pasado a un plano lejano que no encuentro con facilidad... tampoco creo qeu esto sea bueno, hay que intentar buscar el equilibrio, porque siempre viene bien un pequeño espacio para el yo :-)

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  3. Coincido contigo Chelo en que desde que adopté el papel y rol de "mamá", el yo ha quedado algo relegado. A veces lo echo de menos y necesito. Pero reconozco que el nosotros me llena demasiado. Mi peque también está empezando a tener su yo, y está siendo menos nosotros. Pero lejos de parecer algo malo, está resultando algo maravilloso. Se está constituyendo su personalidad, su identidad propia. Y eso nos está uniendo aún más. Ahora percibe cuando mami está cansada, o triste, o enfadada, mucho mejor que antes, y reacciona. Se dacuenta si mami tiene pupa, o si la sonrisa se borra de mi cara porque ha hecho algo mal.
    Antes daba por hecho que los besos y abrazos estaban ahí, ahora es cuando los pide, los reclama, los da a mansalva esperando que tu le des su parte. Decididamente, la fase del nosotros es hermosa, pero no más que esta en la que hemos entrado, la fase del ser yo mismo.

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